Celeste Massin 

Creaciones, recreaciones, transfiguraciones, metamorfosis. Diego Figueroa engendra   actores enajenados y submundos que denotan un posible futuro. Extrae sus personajes biplánicos y los materializa en una realidad asible. Interconectando elementos de la naturaleza, deformaciones o perfecciones genéticas, tuberías y piletas. Superponiendo texturas, provocando la pupila, invitando al espectador  acaba transportándonos a una esfera donde sólo los sentidos accionan. Al borde de la impotencia y el grito que generan estas figuras estáticas sólo nos queda el comentario al más próximo. 

Entre protagonistas acartonados consumidos por la composición y escenarios que transitan estados inércicos, el mundo figueroniano se instala irrumpiendo el espacio en una comunicación sencilla que enlaza tramas, colores y sensibilidades.